Sistemas de ocultación y cerramientos naturales para el jardín

A todos nos gusta tener nuestra intimidad, poder estar en casa sin preocuparnos de que los vecinos o transeúntes nos vean tomando el sol en la terraza o jugando con los niños en la piscina. Es por ello que una de las soluciones más recurrentes para mantener la intimidad sin deslucir nuestro jardín es el cerramiento natural de jardines.

Tipos de cerramientos naturales

Ideales para separar estancias, cubrir pérgolas o crear espacios íntimos, los cerramientos naturales son atemporales. De cañizo, mimbre, brezo o madera, los materiales se adaptan a cada estilo y a cada ambiente para encajar con el entorno.

Un cierre con material natural es mucho más atractivo y ecológico. Materiales que son fáciles de encontrar en España, lo que evita tener que importarlos, y, por lo tanto, estamos contribuyendo a la reducción de la huella de carbono.

Cerramiento natural de cañizo

El cerramiento de cañizo se forma a partir de las varillas de cañizo tejidas con hilos de alambre galvanizado.

En el mercado los podemos encontrar los rollos de cañizo presentados bien como cerramiento natural de media caña o bien, como cerramiento natural de caña entera.

Este tipo de cerramiento natural ofrece un nivel medio de ocultación, sin embargo, desde la distancia resulta muy difícil ver lo que ocurre al otro lado del cerramiento.

Podemos encontrar este tipo de cerramiento simulando el aspecto natural y exótico que aporta el cerramiento natural, pero en PVC, lo que nos permite tener una amplia gama cromática, además de ser más resistentes a las inclemencias meteorológicas, duraderos y fáciles de limpiar, simplemente usando agua jabonosa.

En este caso, las varillas de plástico están unidas por hilos de nylon cada 10 cm. Como, por ejemplo, el cañizo de PVC en color verde, un color siempre asociado a la naturaleza que transmite frescura y aporta relax, o el cañizo en color blanco que contribuye a dar mayor amplitud visual, también de PVC.

Cercado natural de mimbre

Los paneles de mimbre trenzado son otro de los materiales más usados para la delimitación de jardines y el cerramiento de terrazas y balcones, obteniendo resultados originales y muy atractivos, al tiempo que preservamos nuestra intimidad, impidiendo ser vistos desde el exterior, sin tener la sensación de estar encerrados. De hecho, el mimbre permite delimitar un jardín sin alterar la naturaleza y la atmósfera del lugar.

El mimbre es una fibra natural especialmente resistente, ligero y al mismo tiempo muy fácil de tejer, que se utiliza para fabricar cestos y otros objetos de decoración.

Si bien el mimbre no ofrece un nivel de ocultación muy alto, sí que ofrece una alta resistencia a la intemperie. Por ello también es muy usado para cubrir pérgolas y porches. Su grado de ocultación oscila entre el 50 y el 70% dependiendo de cuanto de apretadas estén las varillas de mimbre.

Podemos encontrar diferentes tonos según el modelo, desde el beige hasta el marrón oscuro, ofreciendo un aspecto natural muy chic. Podemos elegir el color que mejor combine con nuestra decoración exterior. A diferencia del plástico, es fácil de integrar, ya sea en una decoración clásica o más moderna y de diseño.

Su vida útil es de unos 15 años aproximadamente dependiendo de las condiciones climáticas de su región.

Recubrir la valla con  brezo

El brezo es un arbusto que en raras ocasiones llega alcanzar alturas superiores a 70 cm, pero muy ramoso, aportando calidez y transmitiendo la sensación de que nos hallamos en un medio natural. Cumple con el objetivo principal de aportar privacidad, pero al mismo tiempo, es un material que deja pasar el aire, aportando frescor.

Lo podemos encontrar en rollos de diferentes alturas, lo que facilita que se acople a cualquier tipo de valla de jardín. Es 100% natural, y le dará un toque rústico a nuestro jardín.

En ocasiones nuestra necesidad no tiene por qué tratarse de un jardín, puede tratarse, por ejemplo, de aislar nuestro balcón, el cual queremos convertir en ese rincón especial, de la casa donde disfrutar de un atardecer, de una copa, o de la compañía de un buen libro, preservando nuestra intimidad alejada de las miradas de curiosos.

La mayoría de las veces tendremos la necesidad de llevar a cabo recortes en nuestro cerramiento, bien porque es muy alto, o porque es muy largo. Para ayudarnos en esta labor podemos hacer uso de unas tijeras de podar.

Tenga en cuenta que se trata de una alternativa ecológica, ya que es completamente biodegradable, y que no requiere de ningún tipo de mantenimiento.

Consejo: Se trata de un material muy seco que puede incendiarse rápidamente. No coloque la barbacoa de carbón junto a la malla de brezo.

Cerramiento natural de madera

La madera, como elemento natural, siempre logra esa armonía tan apreciada por todos con el resto de los elementos que componen nuestro jardín. Utilizar vallas de madera para el cerramiento es una manera de dar un aire rústico a nuestro jardín y su entorno, y más si combinamos nuestro cerramiento con plantas trepadoras que harán del contraste un lugar cálido del que disfrutar.

También podemos usar las vallas de madera clásicas para acotar nuestro pequeño huerto casero, o cercar la piscina del resto de nuestro jardín, como medida disuasoria cuando tenemos niños pequeños. Las maderas utilizadas en este tipo de vallas, están, en su gran mayoría, tratadas para impedir que aparezcan hongos, o que se pudran.

Este tipo de cerramientos los podemos encontrar en el mercado en madera sintética donde podemos encontrar un amplio abanico de diseños, colores y acabados.

¿Por qué optar por un cerramiento natural para nuestro balcón, terraza o jardín?

Vallar con paneles de cerramiento natural presenta muchas ventajas:

• Se trata en todos los casos de productos 100% naturales, materiales ecológicos que no tienen ningún impacto negativo en nuestro medio ambiente.
• La relación calidad/precio de estos materiales es inmejorable.
• Por último, una de las mayores ventajas de los cerramientos naturales es que son muy fáciles de colocar.